Reflexiones de un Superviviente

      Hay un antes y un después del 10 de Mayo de 2020, en esa fecha la pandemia del Covid pasa a ser una gripe más, según se demuestra matemáticamente por el índice de mortalidad que aparece en la página nº 1  del informe nº 102 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España, y el Resumen de la Gripe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica de España, aun así pasaron 42 días con tres prórrogas del estado de alarma para que se nos permitiera salir de nuestro arresto domiciliario, lo que da una idea del talante de nuestro Gobierno Central con respecto a sus obligaciones de guardar la  Constitución, haciendo caso omiso de los supuestos y la letra de una Ley Orgánica sobre la que se basa jurídicamente el estado de alarma y que claramente no permite en la letra de supuestos de alarma la reclusión de parte de la población.

      Desde el 21 de Junio, fecha de una libertad condicional que se sigue hasta ahora, los Gobiernos Autonómicos han estado incrementando a su antojo medidas restrictivas de todo  tipo, creando alerta y un miedo injustificado en la población, que no está correctamente informada, lo que también se demuestra matemáticamente con la página nº 2 del informe nº 207  del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España  en la última semana hay 303 fallecidos en España por el Covid como consecuencia de que en ese periodo de tiempo ha habido un total de 140.999 nuevos infectados, en el resumen de la gripe del  la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica  del año 2019  hubo un total de 535.300 infectados que dieron 6300 fallecidos, en resumen la mortalidad  del Covid es seis veces inferior a la gripe común del 0,2% del Covid en la última semana  al 1,2%  de la gripe del 2019, cuestión que CUALQUIERA puede comprobar con una simple regla de tres y comprobar su veracidad descargando por Internet  los informes oficiales del Ministerio de Sanidad de España, que se indican como prueba y sobre los que se basan unas restricciones de derechos que no se recuerdan en Europa desde el siglo pasado.

        Me gustaría ser valiente como Copérnico que tiene el valor necesario para criticar un concepto Teológico que contradice una realidad matemática, públicamente y con mi actitud en la calle  la tradición aceptada de que todo lo que hacen los gobiernos que salen de las urnas es legítimo y tener su talento para articular cada detalle. Pero me temo que soy una víctima de mi estatus latino y me asemejo a Galileo que adjuro de sus conocimientos para no acabar en la hoguera como Giordano Bruno, acabando sus días en el arresto domiciliario que el poder de aquel momento le impuso y temo por mis hijos y mis nietos que están siendo condicionados por el poder y una vecindad  temerosa y mal informada que son los caldos de cultivo para una sociedad cerrada e inquisitorial.

        Hay otros factores no gubernamentales, los medios de comunicación y los sanitarios que se merecen tener su propio escrito.   

   I